
De este la incorporación de la nuevas tecnologías en la educación atraída por la globalización se ha encauzado especialmente hacía la adquisición de tecnología, deponiendo a un segundo plano el manejo de la mediación a través de las estrategias pedagógicas, en este sentido Bates y Poole (2003) Señalan que “La tecnología por si misma no es la educación”, esta postura deja claro que los problemas de la calidad, equidad y cobertura no se podrán acabar únicamente con tecnología, no importa lo avanzada que esta sea.
Por otra parte la práctica pedagógica en las instituciones educativas, a pesar que ha cambiado las exigencias de la nueva sociedad del conocimiento, la cultura, la economía y las políticas, estas siguen educando de la misma manera que se hacían hace varios años. Aunque como diría Bates y Poole (2003),”No es que estás prácticas sean necesariamente equivocadas y que lo moderno, solo por eso sea mejor”, Lo que se quiere subrayar es que el desarrollo tecnológico no ha ido a la par de nuestro avance pedagógico.
Una posible explicación a esta paradoja como lo indica Bates y Poole (2003) la tecnología cambia muy rápido mientras que en los seres humanos los cambios son lentos.
Al reflexionar sobre los procesos de enseñanza aprendizaje se puede inferir que estos se adquieren por tradición y experiencia propia, es decir ensañamos como nos enseñaron y la apropiación es más producto de la improvisación que de la incorporación y uso de forma concreta y crítica de la tecnología de la información y la comunicación en la enseñanza en la educación superior